Sí, esta mañana te despediste sin decir nada, ni siquiera te dejaste ver. Cuando haces eso los grises lo invaden todo (y no son malos) y se te echa de menos…
Pero te has arrepentido y miraste hacia atrás. Fue a última hora de la tarde, cuando se cierran las puertas; has decidido volver por un momento; ya no calentabas, ya no podías apenas… pero se te agradece, querido sol.
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